El caserío Artazubiaga esta situado en el Barrio Bedoña de Arrasate y es uno de los caseríos mas antiguos de dicha anteiglesia perteneciente a Aretxabaleta hasta el año 1.966 y con posterioridad a Arrasate.

Tenemos huellas de insignes personajes salidos de la saga de los ARTAZUBIAGA de Bedoña fechadas en la epoca de las luchas de linajes y banderizos de los siglos XV y XVI.

En sus guerras con el vecino Señor de Oñate, del linaje de los Guevara, nuestras tierras fueron objeto de continua disputa entre ambos bandos.

Nuestro caserío en las últimas 4 generaciones se ha dedicado a cultivar sus mejores tierras, orientas al sur, para el cultivo de maíz, alubia, patata, trigo y forraje para animales. Las parcelas lejanas se utilizaban para obtener también patata, trigo etc. Y los extremos y dificiles para helechos, hojarasca, castañas y leña.

Nuestro caserío coincidiendo que la transformación dada en los años 50, del siglo pasado, se volcó en llevar sus productos al mercado de abastos de Mondragón, panes, huevos, verduras, legumbres o frutos secos y productos específicos de cada temporada. Desde 1989 elaboramos el Txakolí OTXIA.

Todos los cultivos, siempre, los hemos hecho en la forma tradicional de labranza de caserío en el que el abono era de origen animal y ayudados, primero por yuntas de bueyes y luego por pequeños  tractores.

Nuestro eterno objetivo ha sido hacer alimentos sanos, limpios y de calidad. Con el objeto de darles dicha identificabilidad, desde el año 2010, figuramos en el registro de productores ecológicos.  

El emblema que mejor identifica nuestra forma de producir, nuestros criterios de calidad y nuestra forma de vivir, es el PRODUCTO ECOLOGICO. Nuestra idea de trabajar bajo este amparo es porque consideramos que hay aspectos que siempre los hemos tenido a gala; medio ambiente, producción equilibrada, el respeto  al entorno y priorizar la sostenibilidad. En definitiva no desequilibrar la naturaleza con nuestra intervención.

Todas nuestras producciones son en cantidades reducidas y suficientes para poder mantener nuestra presencia en este entorno y con ello contribuir al mantenimiento de una cultura, de unas costumbres, de una parcela del paisaje y de una forma de vida.